sábado, 23 de octubre de 2004

Espías de la derrota (José María Pozuelo Yvancos, ABC, 23 de octubre de 2004)

Acostumbrados como estamos a que la novela de espías transcurra en los países del frío, de donde han surgido la buenas, como las que escribieron Graham Greene o Le Carré, nos asalta con esta nueva novela una sorpresa, muy grata: por fin el género ha escogido una atmósfera española, y no las que serían esperables, Barcelona o Madrid, sino Sevilla, que esta novela recorre con formidable paso de quien la conoce bien, por Triana, el puente de San Telmo, barrio de Santa Cruz, Alameda, calle Sierpes, etcétera. Y sin costumbrismo fácil, sino una Sevilla muy bien allegada como escenario plenamente verosímil para la trama.
Estamos en plena Segunda Guerra Mundial, y los aliados urden una estratagema para engañar a los alemanes acerca del lugar y momento en el que se producirá el desembarco de Normandía. El accidente de un avión y la muerte de quien puede llevar información tan preciosa para la suerte final de la contienda hace recaer las miradas en Miguel Carmona, militante comunista que se encuentra escondido en los campos de Huelva y que ha podido obtener información. Comienza una persecución, en la que se ve implicado Gordon Pinner, amigo de Miguel, antiguo militante y espía del Komintern ahora rescatado por el MI6 británico para que descubra el escondite de su amigo.
De un tirón
No me perdonaría el lector que siguiera, con riesgo de desvelar un nudo de intriga que en esta novela está formidablemente bien llevado hasta el final, de modo que le ocurrirá al lector lo que me a mí me ha ocurrido: no puedes dejarla, se lee de un tirón, como tiene que ocurrir con las buenas novelas de espías.
Pérez Domínguez tiene un dominio muy bien dosificado de la tensión narrativa, porque va creando a cada paso pequeñas situaciones que asimismo sostienen el ánimo de quien lee. Me parece un acierto que no lo confíe todo al final, sino que vaya dando a la trama un relieve sostenido a lo largo de toda la obra. Por ejemplo, la excelente secuencia narrativa proyectada sobre más de un capítulo de la huida de Miguel desde Huelva a Sevilla, su encuentro con la guardia civil, su casual asistencia al paso de la comitiva del Caudillo, el modo como el paria Alonso, excelente personaje, cierra a escondidas su puño mientras tiene que alzar la otra mano y vitorear al dictador. Todo lo que estos dos personajes que comparten la derrota de aquella guerra no tienen necesidad de decirse lo sentimos en sus silencios y elipsis, donde ha encerrado el autor mucho más que si lo hubiera declarado. Otra secuencia magníficamente traída en sucesivos flashbacks que se van dando fragmentariamente es el encuentro con Lucía, y la historia que sigue a esa relación, que vamos los lectores conociendo como la difícil salida del miliciano que sobrevive al desastre del frente de Aragón, donde se decidió la suerte final de la Guerra Civil.
Quiero decir que Pérez Domínguez ha tenido la inteligencia de traer a su novela no solamente una historia de espías que transcurriera en el contexto de la guerra europea, que es la trama principal, sino que a través de ella se entreviendo el destino inmediatemante anterior de algunos personajes que vivieron el prólogo a la europea: aquella tragedia española que es hoy por hoy la historia con mayores posibilidades de convertirse en novela, porque hubo en ella lo que esta novela no escamotea: heroísmos, engaños, traiciones, desencantos, y ello en un real tablero de ajedrez donde las grandes potencias, los aliados y los nazis estaban jugando su partida. La España de Franco ocupó desde entonces un lugar de privilegio para el desarrollo de las estrategias de rusos, alemanes e ingleses.
Fluidez poco común
Leyendo esta buena novela espías, que además está narrada con una fluidez poco común, el crítico se pregunta cómo es que España no ha sido terreno pródigo en el género, dadas las condiciones reales de trastienda en que se desarrolló cuanto vino después, por ejemplo el comercio de armas, que aquí da entrada a un personaje muy bien trazado, el decadente Artemio Corona, aristócrata que ha dilapidado su fortuna y que trapichea haciendo negocios con unos y con otros. Quizá convenga al géneroy sea una concesión a su atmósfera, pero este crítico piensa que la novela no necesitaba la relación de Artemio con la Niña Heredia, porque sabe a déja vu, no sólo por su dramatismo algo previsible, sino porque es demasiado explícita en todos sus lados, siendo por el contrario excelente el tratamiento de las otras dos figuras femeninas. Por ejemplo la de Rosa, un personaje con tal fuerza novelesca en sus silencios, en su dignidad de perdedora que cuida en no extremar los afectos de los que se sabe, y lo percibe el lector, tan necesitada. Pérez Domínguez demuestra en estas escenas que es un novelista de amplios poderes, sobre todo cuando juega su mejor baza: la contención.
Lo más interesante es que siendo una buena novela de espías, que mantiene el flujo de la persecución a Miguel Carmona como venero más rico, hay otras vetas que la hacen ganar un interés más allá del género. Por ejemplo, el haber elegido a sus héroes cuando estaban más allá de la lucha final. Tanto Gordon Pinner como Miguel Carmona están en un momento de su vida del que pueden ofrecer solamente las astillas de una historia personal y colectiva definitivamente rota. En realidad son personajes que viven únicamente pasado, y la novela toda se impregna de esa derrota, prque, como se adelanta en la página 55 y se intensifica en después (páginas 230 y 233), sus personajes saben bien que las palabras Revolución, Patria, Fascismo y Proletariado han dado demasiadas muertes y tras ellas se han agazapado traiciones, enriquecimientos, ascensos edificados por demás sobre la generosidad de milicianos que se saben aquí espías de una derrota anunciada, la suya, de la que tienen necesidad de liberarse. El autor se lo concede, den un gesto piadoso que pertenece más al ámbito de la literatura que al de la vida. El lector le agradece que lo haga, porque la derrota estaba ya dicha. Una buena novela de espías y bastante más.
José María Pozuelo Yvancos

viernes, 1 de octubre de 2004

Europolar

Der erste dieser drei Autoren, die darauf gesetzt haben, einen Blick in die Vergangenheit zu werfen, Andrés Pérez Domínguez versetzt seinen Roman La Clave Pinner - Der Pinner-Code (Roca Verlag, Barcelona, 2004) in die Zeit unmittelbar nach dem Spanischen Bürgerkrieg, in welcher sich im restlichen Europa der 2. Weltkrieg entfesselt. Dieser letztere Umstand ist der Schlüssel zum Handlungsgeschehen, das eher an einen Spionageroman als einen klassischen Roman des Schwarzen Genres erinnert. Obwohl sich der Roman autonom entwickelt, basiert die Kernidee auf einer wahren Geschichte; nämlich einem Versuch der Alliierten, die Nazis zu täuschen, indem sie an der spanischen Küste den Leichnam eines britischen Soldaten stranden lassen, der einige Geheimdokumente bei sich trägt, in denen der genaue Ort verzeichnet war, an dem die Alliierten Truppen landen wollten – selbstverständlich nicht an der Küste der Normandie. Den Angaben verschiedener Geheimdienste zufolge, entdeckt ein ehemaliger republikanischer Spanienkämpfer den Leichnam. Dieser Spanienkämpfer hatte sich während des Krieges als Anführer einer linken Gruppierung hervorgetan und, um nicht erkannt zu werden, arbeitet er nun unter falschem Namen als Tagelöhner auf dem Landgut eines Großgrundbesitzes, der sich dem neuen Regime verpflichtet fühlt. Diese besagte Entdeckung gefährdet seine neue Identität und bringt ihn dazu, einen Fluchtversuch zu unternehmen, damit er einige der früheren Genossen kontaktieren kann.

Einer dieser Genossen ist jener Gordan Pinner aus Sevilla, der als Sohn eines Engländers und einer Spanierin immer zwischen zwei Welten lebte und am Krieg als Mitglied einer kommunistischen Gruppierung teilnahm, deren Weltanschauung ihn dazu brachte, als KGB-Agent zu arbeiten. Dieser Umstand ist dem britischen Geheimdienst bekannt und wird dazu benutzt, Pinner dazu zu zwingen, von London, wohin er nach dem Sturz der Republik geflüchtet war, nach Spanien zurückzukehren. Eine Rückkehr mit gemischten Gefühlen - denn er wird sich emotional in die Handlung verwickelt wiederfinden, da sein Auftrag darin besteht, einen früheren Genossen ausfindig zu machen, bei dem er eine offene Schuld zu haben glaubt, die er im Grunde bezahlen möchte.

In La Clave Pinner tauchen Spione der Nazis und der Briten, spanische Doppelagenten, deren einzige Ideologie das Geld ist und faschistische Führer auf, die glauben, dass das Recht des Stärkeren mehr wiegt als die Kraft der Vernunft. Aber vor alldem geht es vordergründig um ein gedemütigtes Volk, das trotz der Not des Krieges und der Demütigung der Niederlage mit Müh und Not versucht, zu überleben, um ein Volk das weiß, dass es keine Hoffnung für alle gibt, das sich aber an kleine individuelle Hoffnungen klammert und das trotzdem oder gerade deshalb solidarisch bleibt.

miércoles, 22 de septiembre de 2004

Divertinajes.com, 22 de septiembre de 2004

La clave Pinner

Siguiendo a Ricardo Gullón, quien lo afirma en su Diccionario de literatura española e hispanoamericana, José María Merino se atreve a asegurar que en España no ha habido novelas de espías. Pero aquí está Andrés Pérez Dominguez para remediarlo. Lo hace con La clave Pinner, una novela ambientada en la España de la inmediata posguerra.

Pérez Domínguez, multipremiado en certámenes de cuentos de toda España, presentó su obra pensando ya en la siguiente quizá porque a él, a diferencia de lo que le ocurre creo recordar que es a Javier Marías, no le molesta que, en la puesta de largo de un libro trabajosamente parido, los periodistas le pregunten por el work in progress. Anda a vueltas con el borrador de una novela que quiere sea un homenaje a El libro de la selva, de Kipling, y en el que se habla y trata de un asunto espinoso: la suplantación de la personalidad. Todo ello sin olvidarse de los cuentos que le dieron galardones y le permitieron ejercitar la mano. "Los escritores nos quejamos de que al cuento se le presta poca atención —me dice—. Por eso quiero hacer cuento".

lunes, 20 de septiembre de 2004

Letralia, Venezuela

Andrés Pérez Domínguez lanza novela de espías


La nueva novela del escritor español Andrés Pérez Domínguez, titulada La clave Pinner, es una historia de espías ambientada en la segunda guerra mundial, publicada por Ediciones Roca.

La historia parte de la operación "Mincemeat", un evento real llevado a cabo por los servicios secretos británicos en las costas de Huelva dentro del "gran juego" que desarrollaban los servicios secretos de las potencias implicadas.

José María Merino, que presentó al autor en rueda de prensa el pasado 14 de septiembre, indicó que la obra es una "crónica austera, que se aleja de cualquier efectismo y carece de elementos superfluos", y se congratuló de que se escriba en España una novela de espionaje, género cuasi inédito en nuestro país.

Merino recordó que las novelas de aventuras, en relación a las cuales existe actualmente cierto desprestigio, tuvieron su antecesor en las caballerías medievales, y que por eso no es lógico que en España no se haga más novela de aventuras.

Pérez Domínguez —colaborador de Letralia desde hace varios años— afirmó que su principal propósito había sido estructurar la novela en torno a los personajes, sus "conductas" y las historias que les rodean. Señaló que la obra ha requerido una gran labor de documentación y que hay pequeños guiños al pasado como la aparición de portadas de ABC auténticas de la época.

El autor resaltó que el personaje de Carmona, uno de los protagonistas, es un homenaje a su abuelo, miliciano en la guerra civil. También destacó la influencia del cine en su manera de contar historias: "Intento transmitir imágenes con palabras. Ante todo, no perdono a una novela que sea aburrida", clara declaración de intenciones de lo que espera al lector que se anime a retornar a una Sevilla de la posguerra atestada de espías.

sábado, 18 de septiembre de 2004

La Razón

La Razón. 18.9.2004apr
«La clave Pinner» recupera el género de espías en España

Andrés Pérez Domínguez
Redacción Madrid- La operación inglesa «Mincemeat», un cadáver encontrado en la costa de Huelva en la primavera de 1943 para despistar a los alemanes, es el punto de partida utilizado por el escritor Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) para montar la novela de espionaje «La clave Pinner» (Roca Editorial). El cadáver lanzado en la operación «Mincemeat», uno de los mayores engaños de la II Guerra Mundial, tenía la falsa identidad de un piloto de la RAF y llevaba una carta dando a entender que la prevista invasión aliada tendría lugar en el Mediterráneo más oriental, de lo que las autoridades españolas informaron a las alemanas. En «La clave Pinner», el MI6 británico sospecha que Miguel Carmona, un antiguo combatiente republicano con el que el autor homenajea a su abuelo –miliciano durante la Guerra Civil–, tiene algo que ver con este suceso y envía a Gordon Pinner, hijo de inglés y española, a localizarlo en Sevilla, sin saber que este personaje busca ajustar cuentas con su pasado. Según Pérez Domínguez, «esta historia se me ocurrió el año 1996 y para recrearla leí el diario ABC de todo el año 1943, año en el que además hubo un importante viaje de Franco a la zona». La novela está «concebida con una gran influencia del cine, de algún modo pensada cinematográficamente», señaló Pérez Domínguez, porque «para escribirla tengo que verla primero». El autor afirmó que su principal propósito había sido estructurar la novela en torno a los personajes, sus «conductas» y las historias que les rodean. El autor agregó que la guerra civil española ha sido un tema tabú durante muchos años y todavía no se sabe abordar si no es con enfrentamiento. El escritor José María Merino señaló en la presentación de «La clave Pinner» que es una novela de espionaje, en la que partiendo de un hecho real se recrea una etapa de la posguerra española y se construyen unos buenos personajes, todo ello narrado en tercera persona. Blanca Rosa Roca, directora de Roca Editorial, comentó que en España no existe tradición de las novelas de espías, pero que precisamente por esa razón y porque el lector demanda este tipo de lectura, su editorial ha lanzado esta novela al mercado y tiene previsto repetir próximamente con otra.

viernes, 17 de septiembre de 2004

El Correo de Andalucía

Espías entre el Canal de la Mancha y el Guadalquivir
Andrés Pérez Domínguez mete a España en la Segunda Guerra Mundial para contar una historia de agentes, de amor y de amistad
Inmaculada Rivera. Sevilla
A Andrés Pérez Domínguez puede que le hubiera gustado protagonizar una de esas historias de espías que tanto admira. Cuando lee, confiesa que le encanta sumergirse en ese mundo de intrigas y sospechas miles, donde una palabra, un gesto o un símbolo te arrastran a una trama, cuando menos inquietante.
A Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) lo han conquistado autores como Le Carré o Follet con sus plumas privilegiadas y sus novelas repletas de recursos. Pero este sevillano ha echado siempre en falta el interés en España por las tramas de espías. "Tenemos muchos prejuicios", lamenta. Prejuicios que intenta erradicar con la que se ha convertido en su primera novela larga, La clave Pinner. Ganador de más de cincuenta premios por sus cuentos, en su estreno como literato de altos vuelos ha optado por hacer su particular homenaje a este género. "Me ha gustado siempre el estilo anglosajón de novelas de espías, pero estas obras no tienen la profundidad literarias que las escritas en español, explica". La clave Pinner es la consecuencia, pues, de su interés por aunar ambas características -"tomar lo mejor de lo anglosajón escrito como se escribe aquí"-, todo ello con un meticuloso estudio documentalista. "Mi idea era hacer algo bien escrito, que fuera digno. Es cierto que he buscado mucha información, pero sólo se ve la punta de iceberg, porque mi libro no es una novela histórica. No estoy de acuerdo con ahogar las historias con datos, sentencia. Aunque para el autor es imprescindible contar las cosas con credibilidad. "Los personajes históricos son intocables, aunque a la vez hay que distraer al lector y hacer que disfrute con lo que lee".
La novela arranca con un hecho verídico: la opercación Mincemeat, uno de los engaños más famosos de la Segunda Guerra Mundial. Un submarino arroja en la primavera de 1943 frente a las costas de Huelva el cadáver de un falso piloto de la RAF con una carta ficticia en la que se dan las señales de un inminente desembarco aliado en el Mediterráneo, al sur de Francia.
A partir de aquí comienza la ficción. Las sospechas recaen sobre un antiguo combatiente republicano en fuga, Miguel Carmona, tras el que va Gordon Pinner, un inglés con acento andaluz que recorre las calles de Sevilla en busca de Carmona, de sí mismo y del amor de una mujer.
Pérez Domínguez, que inmiscuye de esta forma a España en la gran guerra y que define su obra como una "historia de amor y de amistad", hace viajar al lector desde Huelva hasta Londres, y desde Gibraltar hasta una Sevilla de ideas encontradas, una Sevilla roja y católica revolucionaria y tradicionalista. "Es que Sevilla era y es así", afirma.
LOS PERSONAJES
Un homenaje a su abuelo
Hitler, Churchill o Franco dan verosimilitud a una trama que protagonizan personajes ficticios. Pero, de entre ellos, Pérez Domínguezha ha querido dar una personalidad específica a Carmona. "Es un homenaje a mi abuelo, que fue miliciano", comenta.
PRÓXIMO PROYECTO
Libro de Cuentos y nueva novela
Tras ser finalista de diversos premios con La clave Pinner, ya tiene el borrador de su nueva novela, -"que no tiene nada que ver con espías"- aunque, entre libro y libro, espera poder publicar un recopilatorio de sus cuentos.

lunes, 13 de septiembre de 2004

ABC, Madrid, 13 de septiembre de 2004

«La clave Pinner», amores y juegos de espías tras la guerra civil
ALFONSO MONTESERÍN/
13-9-2004 10:28:34


Andrés Pérez Domínguez


Cuando Europa vibraba por la convulsión de una segunda guerra, cuando se gestaban mitos como el de Olga Chejova - actriz fetiche de Hitler y supuesta espía de Stalin-, cuando España bullía convertida en un nido caliente de espías... en el paréntesis histórico en el que ocurrían estos hechos se ubica y se inspira «La clave Pinner» (Roca Editorial). Juego de espionajes velados y triángulos amorosos obtusos, la esencia de esta novela presenta reminiscencias a novelas clásicas al uso de «El espía que surgió del frío» (Le Carré) o «La isla de las tormentas» (Follett), ambas pertenecientes a un género con el que Pérez Domínguez se inicia en el terreno de la novela larga.

Premiado con 50 galardones literarios, entre los que se encuentra el prestigioso «Premio Internacional de Cuentos Max Aub», a este escritor sevillano casi se le puede considerar pionero de este tipo de literatura en España, ya que «no abundan escritores que hayan tratado este género, y es la primera vez que se acerca al público la II Guerra Mundial desde un prisma español».

Intrigas bélicas

La seducción propia a la imaginación y el realismo que aporta el dato histórico sirven para gestar el entramado de «La clave Pinner». En la primavera de 1943, el MI6 monta la operación «Mincemeat», una de las mayores farsas de la guerra, que busca un golpe de efecto sobre los ejércitos totalitarios. El señuelo, un falso cadáver de un piloto de la RAF abandonado en costas de Huelva que porta documentos que hacen prever un inminente ataque aliado en Francia. El desembarco, sin embargo, tuvo lugar en playas sicilianas, ante la sorpresa de las potencias del eje.

A partir de estos mimbres -un suceso histórico que Pérez Domínguez «conocía» y que le «resultaba muy interesante»- este autor teje su propia ficción, un relato articulado en torno a la figura de un antiguo espía, Gordon Pinner, chantajeado por el MI6 para que controle en Sevilla a Miguel Carmona, amigo del pasado, y del que se sospecha que puede comprometer la operación secreta. Para Pinner, el encargo supone un regreso a sus orígenes, oportunidad de rendir cuentas con sus recuerdos y de convertirse en vértice de un complicado triángulo amoroso. La España de posguerra se presenta así como escenario donde se deciden claves de gran importancia en el devenir de la guerra.

¿Espías en España?

La ambientación en Sevilla -aunque también se visita París, Londres o Praga-, obecece a su «cercanía con el lugar donde se descubrió el cadáver del falso aviador». Al mismo tiempo, la ubicación de la trama en la orografía española se corresponde con una realidad casi desconocida. Durante la guerra se amparaban en territorio nacional multitud de espías del bando aliado y alemán. Las miradas de toda europa llegaban más allá de los Pirineos: «El papel geográfico de España era fundamental como paso fronterizo hacia África. Además, se quería saber si Franco finalmente iba a alinearse con Hitler», explica Pérez Domínguez.

A pesar de que el autor huye de etiquetas -«no es una novela histórica, es una novela sobre la gente de a pie y sus pequeñas miserias»-, la gestación de la obra ha seguido un escrupuloso proceso de documentación que sirve de telón de fondo al relato y a los personajes. Los datos presentes en la novela forman parte de un momento histórico muy concreto que para Pérez Domínguez «era intocable como autor». No existe, sin embargo, una vocación historicista que pudiera llegar a ahogar la trama. «Lo importante es que el lector se interese por la historia. Es fundamental que los personajes parezcan de carne y hueso, que el lector pueda identificarse con ellos, o entenderlos al menos».

La clave Pinner (Roca)

Lo que pone la contraportada

Primavera de 1943. En vísperas del desembarco aliado en el Mediterráneo, el servicio secreto británico ha montado la operación Mincemeat, para engañar a los alemanes: abandonarán frente a la costa de Huelva el cadáver de un falso piloto de la RAF que porta documentos de los que puede deducirse que el desembarco va a producirse en el Mediterráneo Oriental o en el sur de Francia. Pocos días después, Gordon Pinner, ex agente del NKVD, es chantajeado en Londres por dos agentes del MI6 para que viaje a Sevilla y trate de localizar a Miguel Carmona, un viejo amigo a quien creía muerto y que podría tener en sus manos, tal vez sin saberlo, la clave para decidir el futuro de la Segunda Guerra Mundial. Aunque había jurado no volver a poner un pie en España mientras Franco se mantuviese en el poder, Pinner accede a viajar a Sevilla, pero por un motivo muy diferente a aquél por el que había sido reclutado. En la capital andaluza habrá de enfrentarse a los fantasmas de su pasado, al verdadero motivo por el que ha aceptado la misión.
Andrés Pérez Domínguez, mediante unos personajes trazados con una hondura poco común, nos lleva desde las vigiladas costas de Huelva hasta las noches de Londres, donde la población trata de sobrevivir a los continuos bombardeos; a la Praga de finales de los años treinta, punto de encuentro de los traficantes de armas durante la guerra civil española; a Gibraltar, último reducto de los aliados en la Europa Continental; y por último hasta Sevilla, donde, mientras la tensión va aumentando capítulo a capítulo, nos conduce con indudable maestría hacia un final inesperado